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Desde los primeros filósofos griegos hasta Descartes han sido muchos
los sabios que han realizado valiosas aportaciones al método que impulsa
la ciencia. El método científico es
un conjunto de pasos ordenados que se emplean para adquirir nuevos
conocimientos. Para poder ser calificado como científico debe basarse en
el empirismo, en la medición y, además, debe estar sujeto a la razón.
La historia del método científico arranca en la prehistoria.
El hombre primitivo, un ser curioso por naturaleza, descubrió a través
del método del ensayo-error qué alimentos le convenía comer, cuándo y
cómo debía seleccionarlos.
De
una forma lenta pero inexorable dejó de ser un recolector de frutos y
cazador de animales y se convirtió en pastor y agricultor; con la ayuda
de la observación dejó de ser nómada para convertirse en sedentario.
Nuestros
antepasados, amparados por la curiosidad, asociaron los movimientos de
los cuerpos celestes con el tiempo y las estaciones. De esta forma,
llegó un momento en el que podían predecir los cambios meteorológicos y
cómo afectaban a su primitiva economía.
Así
de esta manera, se puede afirmar que la observación, el primer paso del
método científico, fue decisiva para que se llevara a cabo la
revolución neolítica, la primera revolución radical de la humanidad.
☻ «Amor por la sabiduría»
Con
el paso del tiempo se fueron dibujando las primeras civilizaciones bajo
el amparo de las cuencas fluviales: Mesopotamia entre los ríos Tigris y
Éufrates, Egipto vertebrado por el Nilo, la India bajo el paraguas de
los ríos Indo y del Ganges, mientras que fueron los ríos Huang Ho y
Yangtze los responsables del nacimiento de la civilización china.
Más
adelante, los griegos disfrutaron de una situación privilegiada y única
en la historia de la humanidad. Fueron ellos los primeros en
desarrollar un “amor por la sabiduría”, es decir, los primeros filósofos de la historia. De esta forma, nació lo que actualmente conocemos como una ciencia teórica racional.
En
las colonias griegas de Asia Menor surgieron personajes de la talla de
Tales de Mileto, Pitágoras —el padre de la filosofía—, Anaximandro -el
primero en trazar mapas astronómicos y geográficos—, o Heráclito y
Empédocles —creadores de los fundamentos básicos de la teoría atómica
del mundo—.
A
aquellos primeros sabios se añadirían más adelante Hipócrates,
Demócrito y Aristóteles, entre todos ellos fueron moldeando las bases
del método científico. El elemento común a estos primeros
filósofos-científicos fue la observación.
☻ De Galileo al «Discurso del Método»
A
lo largo de la Edad Media los matemáticos, físicos y químicos del mundo
islámico fueron realizando sus particulares contribuciones. Pero el
siguiente gran paso lo dio en el siglo XVI Galileo Galilei, una de las figuras clave de la historia de la ciencia.
Se
puede afirmar que el científico italiano fue el primero en aplicar el
método científico en sus estudios de cinemática y dinámica. Gracias a
sus experimentos a la observación añadió la hipótesis y la
experimentación. A partir de ese momento, se podrían desmontar muchos de
los errores aristotélicos.
A Galileo le seguirían las contribuciones que realizó el inglés Francis Bacon, el creador de la inducción por eliminación. Sin embargo, no fue hasta el siglo XVII cuando Descartes, a través de su “Discurso del Método” (1637), definió las reglas del método científico por vez primera.
☻ Los pasos del método científico
Ahora sabemos que el método científico tiene cinco pasos: Observación, Hipótesis, Experimentación, Teoría y Conclusiones.
● Observación: hace referencia a lo que queremos estudiar o comprender.
● Hipótesis: se formula una idea que pueda explicar lo observado.
● Experimentación: se llevan a cabo diferentes experimentos para comprobar o refutar una hipótesis.
● Teoría: permite explicar la hipótesis más probable.
● Conclusiones: se extraen de la teoría formulada.
Con un axioma podemos resumir más de veintidós siglos de historia de la ciencia: «donde no hay método, no hay ciencia».
De la red...
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