martes, 5 de enero de 2016

El amor...

Pobre de aquél que solo ha amado cuerpos, envolturas, reflejos, apariencias, ha perdido de gozar la verdadera esencia del amor. El amor, cuando es verdadero duele, y de ese dolor se reproduce, se crece, se supera, se transforma en parte de la esencia misma que le tocó y le conquistó: En amor.

Aquél que ama puede desarrollar la capacidad de volverse uno con Dios, y Dios uno en él, se hace co-creador, he aquí la maravilla. Aquél que ama y no le ha dolido el amor, no sabe del amor y no será capaz de transformarse en él. El amor es el mayor de los sacrificios. El amor es el éxtasis mayor. El amor es cielo en la tierra. El amor es pasión, muerte, gloria y resurrección.

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