El
que no desarrolla la capacidad de hacer con lo ordinario algo
extraordinario jamás estará preparado para evolucionar. Asocio este
pensamiento con la persona ingenua y con el artista, ya que ambos tienen
la capacidad de ver cosas donde no las hay. La diferencia entre uno y
el otro es que el artista las crea, mientras el ingenuo se queda imaginando. "La santidad no consiste en hacer cosas extraordinarias, sino en hacer las ordinarias con amor y con fe."
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