Yo hago música para mí. Estoy convencido que si la música que hago me satisface, o me siento realizado interpretándola, hallará los oídos y corazones correctos. La música no se debe valorar por cantidad de público, sino por la calidad de la misma. Una cosa es la música de moda, y otra cosa es trascendencia. Por eso repito, si lo que hago llena mis estándares, lo demás es superfluo. Hay satisfacciones que el dinero no puede comprar, y cuando el peso del ego es liviano, el mejor regalo es tener paz y unos aplausos sinceros.
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