“La gracia del
cielo hace que, en raros momentos de inspiración, ajenos a su voluntad,
el arte nazca inconscientemente de la obra de su mano, pero la base de
un buen trabajo de artesano es indispensable para todo artista.” ― Walter Gropius
A veces no escoges escribir, te escoge el escrito y te impone las letras. Luego para colmo de mares te visita la inspiración, siempre de improviso. Te abraza entre tonadas, melodías y compases urgiendo a tomar el instrumento, el lápiz y el papel. Para colmo de mares y de humildades, culminas pariendo un hijo al cual llamas tuyo. Un parto natural, sin coito, sin deseos, simple e impuesto arrebato. A veces no escoges escribir, crear, cantar, tocar... a veces todos los complementos del arte se encaprichan contigo, te usan cual instrumento, pero al menos al final te conceden la "patria potestad" de los hijos que les pares. Para colmo de mares al final resulta que te sientes indigno dela bendición que fue una total invasión a tu privacidad, a tu psiquis, por el hecho de que tus hijos culminan siendo hermosas obras inmortales. Al final te das cuenta que aún sabiendo mucho, no sabes nada, y tu deber es esperar cual niño a que vuelvan a tomarte de sorpresa y parirles un hijo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario