miércoles, 12 de marzo de 2014

Un reflejo de luz.

Hay momentos en la vida en que uno se siente algo perdido, trancado, vacío, sin respuestas. El camino se vuelve cada vez más oscuro, y uno no sabe cómo continuar... Esto ocurre en el trabajo, al momento de crear, ya sea una canción, un busto, una pintura, un edificio, un hogar... es entonces cuando buscamos desesperadamente cualquier rayo de luz. Eso que nos motive, nos inspire, que una los conceptos que estamos trabajando, o las palabras para solucionar lo que nos afecta. El problema, si no nos hemos dado cuenta, comienza dentro de uno, y dentro de uno también estuvo siempre la respuesta. Ese reflejo de luz que nos devuelve al camino, que nos inspira a culminar la obra, que nos devuelve la energía y la fe en nosotros mismos, que vuelve a unir los lazos rotos, que inspira soluciones... Ese reflejo de luz, es la oración.

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