Cuando lleno de cariños a mi nena consentida, ella a cambio cual sirena me encanta con sus melodías. Siempre que te sueno positiva me respondes, si estás desafinada te toco bien sabes donde, y con un poco de esfuerzo, mío halando o soltando, tuyo dejándote y sonando...volvemos a armonizar. En uno o dos acordes renovada una vez más, ébano desnudo, piel de mar, lleno de sales donde me hundo a la mar. Fuego, cielo, tierra, aire, ser humano-angelical. Unimos la madera, la carne y el acero. Siendo dos nos volvemos uno en ese instante, en que te toco, me respondes y comenzamos el ritual.
No hay comentarios:
Publicar un comentario