miércoles, 22 de mayo de 2013

No necesito mucho.

Mi verdadera riqueza está en poder hacer lo que verdaderamente amo, dentro de las circunstancias que la vida me provee. En cuanto a lo demás, no necesito mucho. Dios que conoce lo que me brinda la alegría me proveerá. Mientras no me falte Dios, que venga como venga lo demás.

Facundo Cabral - Poco
http://www.youtube.com/watch?v=upDutBZRIYE

Poco, ya me falta poco.
Mi condena se terminará
al llegar el alba,
cuando suenen las campanas,
habrá sol en mis mañanas.

El Evangelio de Facundo Cabral - Deseo Poco

"San Francisco decía lo que tal vez sea la fórmula de la felicidad: deseo poco y lo poco que deseo
lo deseo poco"

TE DARÉ, UNA VIDA SENCILLA
CON LAS COSAS QUE EL HOBRE OLVIDÓ
SIN ALFOMBRAS PERO CON SONRISAS
Y LOS OJOS ABIERTOS AL SOL.

LO MEJOR DE LA VIDA ES GRATIS
NO HAY POBREZA TENIENDO A DIOS
LA ESPERANZA SERÁ NUESTRO HUESPED
TENIENDO CONFIANZA HABRÁ COMPRENSIÓN.

YO TE OFREZCO LA BRISA DE MAYO
LAS FLORES DE OCTUBRE
Y TODO MI AMOR.

VOLAREMOS IGUAL QUE LAS AVES
EN EL CIELO FRONTERAS NO HAY
A TU PIEL CUBRIRÉ CON LA MIA
Y EL INVIERNO, VERANO SERÁ.

NUESTROS BESOS SERÁN NUESTRA CASA
NUESTRAS MANOS SERÁN NUESTRA LEY
POR LA PLAYA CANTANDO DESCALZOS
CON LA VIDA JUNTOS VAMOS A JUGAR.

DIOS HA PUESTO LA DICHA EN LO SIMPLE
Y ESE ES EL CAMINO
A LA FELICIDAD.
 
Dios tomó forma de mendigo y bajó al pueblo.  Buscó la casa del zapatero y le dijo: “Hermano, soy muy pobre, no tengo ni una moneda en la bolsa, estas son mis únicas sandalias y están rotas, si me hicieras el favor...”.
El zapatero le dijo: “Estoy cansado de que todos vengan a pedir y nadie a dar”.
El Señor le dijo: “Yo puedo darte lo que tu necesitas”.
El zapatero desconfiado, viendo a un mendigo, le preguntó: “¿Tu podrías darme el millón de dólares que yo necesito para ser feliz?”.
El Señor le dijo: “Yo puedo darte diez veces más que eso, pero a cambio de algo”.
El zapatero preguntó: “¿A cambio de qué?”
El Señor le respondió: “A cambio... a cambio de tus piernas”.
El zapatero dijo: “Para qué quiero yo diez millones de dólares si no voy a poder caminar”.
Entonces el Señor le dijo: “Puedo darte cien millones de dólares a cambio de tus brazos”.
El zapatero dijo: “Para qué quiero yo cien millones de dólares si ni siquiera voy a poder comer solo”.
El Señor le dijo: “Bueno, entonces puedo darte mil millones de dólares a cambio de tus ojos”.
El zapatero pensó un poco y dijo: “Para que quiero yo mil millones de dólares si no voy a poder ver a mi mujer, a mis hijos, a mis amigos...”.
Entonces el Señor le dijo: “Hermano, hermano... qué fortuna tienes y no te das cuenta”.

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