Aprendamos de Dios, que a cada flor hermosa de sus aposentos sagrados escondió donde pocos lo han podido hallar, pero saben de su existencia y le aman, aún sin verla, les puso por nombre Almas. Su jardín predilecto se encuentra donde ningún ser vivo lo ha podido ver, pero todos de él hablan y le sueñan, le llamó Paraíso. Más a su flor más bella, su gran tesoro, no lo guardó para sí. Sino que nos lo regaló desinteresadamente a nosotros, pequeñas flores de su excéntrico jardín. A esta única y excelsa flor le llamó Madre...y de su vientre en flor nació una promesa, para guiarnos hechos Almas al Paraíso.
En este blog compartiré mi música, poemas, reflexiones,y artículos de contenido histórico. También compartiré trabajos de quienes han sido mis maestros, y todo lo que me apasiona en el mundo de la historia, la espiritualidad y de las artes.
martes, 21 de agosto de 2012
Flores, almas y tormentas...
Atesora tu jardín y guárdalo de cada tormenta que le amenace. Así no perderás ni una de tus flores.

Aprendamos de Dios, que a cada flor hermosa de sus aposentos sagrados escondió donde pocos lo han podido hallar, pero saben de su existencia y le aman, aún sin verla, les puso por nombre Almas. Su jardín predilecto se encuentra donde ningún ser vivo lo ha podido ver, pero todos de él hablan y le sueñan, le llamó Paraíso. Más a su flor más bella, su gran tesoro, no lo guardó para sí. Sino que nos lo regaló desinteresadamente a nosotros, pequeñas flores de su excéntrico jardín. A esta única y excelsa flor le llamó Madre...y de su vientre en flor nació una promesa, para guiarnos hechos Almas al Paraíso.
Aprendamos de Dios, que a cada flor hermosa de sus aposentos sagrados escondió donde pocos lo han podido hallar, pero saben de su existencia y le aman, aún sin verla, les puso por nombre Almas. Su jardín predilecto se encuentra donde ningún ser vivo lo ha podido ver, pero todos de él hablan y le sueñan, le llamó Paraíso. Más a su flor más bella, su gran tesoro, no lo guardó para sí. Sino que nos lo regaló desinteresadamente a nosotros, pequeñas flores de su excéntrico jardín. A esta única y excelsa flor le llamó Madre...y de su vientre en flor nació una promesa, para guiarnos hechos Almas al Paraíso.
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