lunes, 19 de diciembre de 2011

Poema para una triste despedida

Cuando el sueño venía de camino tuvo un encontronazo con la pesadilla pagando los platos rotos de ese desencuentro este servidor. Pasé toda una noche en vela que no me atendía encendida en llamas por otro señor. Y yo rezando casi siempre de rodillas pude sentir bajo mis pies un cierto temblor. Y es que mi viejo amor desde la otra orilla prendía también al cielo alguna oración, por este hombre que casi no duerme y ella que tampoco desde que el destino los abandonó. Un camino, un sueño una pesadilla, cuando el encontronazo desde aquel día los separó.

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