lunes, 7 de julio de 2014

Pasión cual oración.

Si nuestra pasión fuera cual una oración, la dividiría por comas, y mientras más coma mejor... aún cuando pueda dividirse por un punto, que solo sea el Punto G esa unión y división. Nuestra oración nunca tendría un yo, solo un nosotros, tampoco un mío, sino nuestro, menos aún sería de dos... fundidos en un solo abrazo, tú y yo. Sudados, sumidos, sumados a la ciencia del amor. Y entre febriles palabras, suspiros, gemidos, culminando en alaridos de pasión, acabamos una oración en blanco... con el más plausible silencio... el mismo con el cual todo comenzó.

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