Momentum: Reflexión itinerante...

Algunas veces nos esforzamos tanto en luchar por lo que queremos que perdemos de perspectiva el discernir que todo bajo el sol tiene su momento, el momento de Dios. Tenemos que aprender a ser pacientes, a disfrutar y aprender a gozar lo que tenemos como si no hiciera falta lo que buscamos con ansias. En algunos casos nuestra pasión y esfuerzo por lograr nuestra meta nos hace quizá  perder de vista el momento adecuado para trabajarlo, porque cada lucha tiene su lugar y cada meta su hora.

Así como el cazador debe aprender a camuflajearse, ser paciente y esperar el momento oportuno para cazar a su presa, de igual manera debemos ser estratégicos con nuestras metas, para así no gastar energías demás ni perder gran parte de nuestro valioso tiempo... y lo más importante, lograr nuestro objetivo. Algunas veces nuestra pasión se vuelve enemiga de nuestra precisión, y podemos convertir una encomienda futura en una obsesión inadecuada. Por eso la necesidad del discernimiento y la estrategia. Tenemos que aprender a ser precisos, a crecer y a aprovechar cada momento para gozar de lo que hacemos. Sea trabajar; sea esperar, sea descansar, incluso... sea retozar. Los pasionales debemos aprender a serlo solo en la acción, y ésta combinada con precisión, ya sea de palabra, decisión o acción. Ser precisos solo se aprende con práctica y discernimiento.

La gente pasiva debe aprender a ser algo pasional, porque esperar algo sin hacer gran cosa al respecto solo se alcanza en los sueños, no en la realidad. En la realidad solo se consiguen los sueños que se trabajan, una mano orando y la otra trabajando. Y cuando se consiguen; la gente prudente descubre que lo importante de la meta era el trayecto, no la meta en sí. Aquél que no esté dispuesto a  equivocarse tratando de lograr su sueño, su meta, su encomienda en la vida...pues que no lo intente, se siente a esperar que la vida pase y descubra tarde que fue parte de la  nada durante su corto trayecto por la vida.

Cada ser humano tiene su momento, la vida en sí es un cúmulo de momentos, así que encuentra y aprovecha los tuyos, deja tu huella. Lo esencial de la oración como motor para la obra es saber discernir cuándo es el momento para trabajar,  cuál es la mejor manera de hacerlo, y descubrir las personas indicadas para ser tus colaboradores.  La oración lleva al discernimiento y el discernimiento lleva al éxito. Una persona no puede escapar a su naturaleza, a su destino, su esencia le delata. Si ésta sabe vivir el día a día correctamente...de otra manera no le será tan fácil, los enemigos le llegarán gratis, así que recomendamos evitar hacerlos. Se dice que en la viña del Señor hay de todo, que hasta hubo un ladrón que con su último golpe se robó el cielo, y ésto desde la cruz, al lado del Maestro. Esto no es la norma, solo existen grandiosas excepciones que el Señor permite... Pero el Señor tiene razones que razones tiene el Señor.  Así que no te aferres a una idea o método, concibe en tu mente la meta y los métodos surgirán en el camino, o simplemente surgirán caminos...solo camínalos y vive. Vive! Que tu conciencia te recordará cuándo retomar la batalla, lucha, encomienda o destino.

Hay veces que huyéndole a nuestro destino es que nos topamos directamente con él. En otras; haciendo lo que debemos Dios puede tomar en cuenta lo que queremos y hacer el milagro de regalárnoslo, ésto si nos conviene. Pero todos estos casos son excepcionales. Aunque no te des cuenta; Dios en su omnipotencia sabrá recompensarte por todo lo que seas capaz de sacrificar por hacer lo debido. Debemos recordar también que muchas personas son maquiavélicas, hacen "lo indecible" por conseguir lo que quieren, y tarde o temprano pagan su precio, y con creces. No seas uno de ellos, ni siquiera lo consideres.

Por último; debes aprender a discernir, comprometernos con nuestros hermanos dejándonos guiar por los valores inculcados y el carácter que "la vida" nos ha permitido desarrollar. El verdadero liderazgo se desarrolla primero aprendiendo a seguir instrucciones y luego comprometiéndonos. El verdadero líder se transforma sin saberlo, no se autonomina. La gente autonominada solo aparenta ser lo que quiere, pero no es. Aquél que es no tiene que decirlo, simplemente actúa naturalmente, y será luz u oscuridad, todo depende de lo que realmente sea. Aunque al momento no veamos las cosas claras, para Dios siempre lo han sido y lo serán. La norma debe ser orar, dar el máximo día a día con lo que nos toque toparnos y seguir caminando humildemente... como decía Facundo Cabral: "... porque la vida es aquí y ahora mismo". No te arrepientas de tu pasado ni de quien eres...solo así te convertirás en quien debes ser. Si te toparas por casualidad con el miedo, salúdalo de nuestra parte y sigue caminando, con la certeza de que aquél que todo lo puede va contigo cada momento.