Saga Espiritual - Chadys



"Saga Espiritual" - Chadys
*Obtén el Disco Compacto por tan solo $14.99 aquí!
(Manejo y envío gratis a cualquier lugar)
*Escríbenos al email

Descarga "Saga Espiritual" (en tu tienda preferida)




Agradezco su aportación


Las donaciones son bienvenidas, y de forma segura a través de PayPal.



Translate

Saludos cordiales:

Saludos amigos del blog!!!! Quiero darles la bienvenida a mi humilde aposento cibernético con el cual comparto desde el año 2009 lo que me apasiona en el mundo de las artes, la historiografía, la música, la literatura y la espiritualidad.

Mi experiencia; eclecticismo y pasión al recorrer todos estos mundos me inspira a compartir con ustedes algunas herramientas que me han ayudado, ya fuera porque las concebí en un momento de necesidad o inspiración, ya fuera porque las adqurí en un momento en que me impactó y conquistó.

Aquí les espero; en sus momentos de ocio o en que decidan lanzarse a navegar por los mares infinitos de la cibernética... con un café imaginario sabor esperanza. Con palabras jocosas, reseñas cuantiosas, un sabroso entremés para su diario vivir o simplemente apoyo para esos momentos de necesidad, de alguna palabra de aliento y alimento para la cimiente y el alma. Ustedes deciden qué buscar, yo les aseguro que algo encontrarán entre las páginas de este humilde eterno aprendiz de soñador.

Como escribiera en mis datos personales hace un tiempo atrás:

"I am a singer; songwriter; musician, poet, teacher and an all time dedicate learner. Hungry for everyday knowledge; Thirsty for the waters that could cleanse the soul".

Toda esta hambre y cúmulo de experiencias gratificantes y de crecimiento personal me permiten día a día atesorar en este foro el legado de quienes escogí como maestros, los momentos de la historia de la humanidad que considero no deben olvidarse, mis anhelos, mi música, mis esperanzas y algo de las investigaciones históricas que han forjado el pensamiento de este educador, historiador, comunicador, cantautor, poeta, compositor y músico puertorriqueño.

Pueden accesar a mi p
ágina web: http://chadyspagan.com y seguirme en Facebook, Twitter, You Tube, y CDBaby en las siguientes direcciones:

http://www.cdbaby.com/cd/chadys#.VHy1nu4eY1o.facebook
http://www.youtube.com/user/mdredoloros
http://www.facebook.com/ChadysPagan
http://twitter.com/chadyspagan

Pueden escuchar mi música en Spotify, y en mi canal de SoundCloud accesando a esta dirección:
http://soundcloud.com/chadys-1

Les invito a suscribirse al blog y recibir nuestras publicaciones recientes directamente a su correo electrónico. También pueden auspiciarme al adquirir mi primer trabajo musical, disponible en este portal exclusivamente si es audio CD (Buy it now button), y en formato mp3 directamente desde CDBaby, iTunes, Amazon, o su tienda virtual preferida.

Me despido no sin antes recordarles las palabras sencillas y profundas del maestro Facundo Cabral: "La vida es aquí y ahora mismo". Que el Padre Celestial el cual alberga todos los nombres; incluyendo el de cada uno de ustedes, les bendiga siempre.

Visitas al blog

sábado, 15 de octubre de 2011

Cochabamba 9 años después

Cochabamba ganó la guerra y perdió el agua

Por Gisela Alcócer Caero - Los Tiempos - 5/04/2009

Manifestaciones en abril de 2000. - Redacción central   Los Tiempos

Manifestaciones en abril de 2000. - Redacción central Los Tiempos

El año 2000, los co­cha­bam­bi­nos ga­na­ron en la Gue­rra del Agua, pe­ro per­die­ron en la épo­ca de paz. Nue­ve años des­pués del con­flic­to que mar­có el ini­cio de los cam­bios po­lí­ti­cos ocu­rri­dos en to­do el país, la ciu­dad tie­ne más pro­ble­mas de agua que en esa épo­ca por un dé­fi­cit de 23 mi­llo­nes de bo­li­via­nos, que pro­vo­ca una vir­tual quie­bra téc­ni­ca de Se­ma­pa y por­que au­men­tó la can­ti­dad de po­bla­ción en la ciu­dad, aun­que dis­mi­nu­ye­ron las fuen­tes de abas­te­ci­mien­to.


La Gue­rra del Agua se de­sa­tó en fe­bre­ro y abril de 2000 y en­fren­tó a po­bla­do­res del cam­po y la ciu­dad con el go­bier­no del en­ton­ces pre­si­den­te Hu­go Ban­zer, que im­pul­só la pri­va­ti­za­ción de Se­ma­pa y el al­za de las ta­ri­fas. Los en­fren­ta­mien­tos de­ja­ron cien­tos de he­ri­dos y un muer­to: Víc­tor Hu­go Da­za, un es­tu­dian­te de 17 años al que le lle­gó pro­ba­ble­men­te la ba­la de un fran­co­ti­ra­dor fil­ma­do por la red PAT.


El con­flic­to se con­vir­tió en un hi­to po­lí­ti­co con gran tras­cen­den­cia na­cio­nal e in­ter­na­cio­nal, que lle­vó a otros es­ce­na­rios po­lí­ti­cos a los prin­ci­pa­les pro­ta­go­nis­tas y pro­vo­có la mo­di­fi­ca­ción de la Ley del Agua y del mo­de­lo eco­nó­mi­co, de­ri­van­do en la na­cio­na­li­za­ción de las pe­tro­le­ras ins­ta­la­das en Bo­li­via y la prin­ci­pal em­pre­sa de te­le­fo­nía. Sin em­bar­go, el pro­ble­ma que de­sa­tó la con­fron­ta­ción con­ti­núa sin so­lu­ción, pues Co­cha­bam­ba tie­ne me­nos agua que ha­ce nue­ve años.


Se­ma­pa tie­ne pa­ra­li­za­dos 7,7 mi­llo­nes de bo­li­via­nos y 6 mi­llo­nes de dó­la­res en 31 jui­cios de con­ci­lia­ción y ar­bi­tra­je, que re­fle­jan só­lo una par­te de los pro­ble­mas que cau­só la co­rrup­ción in­con­tro­la­da que go­ber­nó es­ta en­ti­dad du­ran­te la úl­ti­ma dé­ca­da. El nue­vo ge­ren­te de es­ta em­pre­sa, Leo­nar­do Ana­ya, ex­pli­ca que la em­pre­sa mu­ni­ci­pal “se ha ma­ne­ja­do co­mo se han ma­ne­ja­do las em­pre­sas del Es­ta­do. Co­mo si fue­ran em­pre­sas pa­ra be­ne­fi­cio pro­pio de eje­cu­ti­vos y de em­plea­dos. No so­la­men­te no se han for­ma­do cua­dros de pro­fe­sio­na­les y de téc­ni­cos que ma­ne­jen la em­pre­sa de for­ma efi­cien­te, si­no que han mal­gas­ta­do y mal uti­li­za­do los re­cur­sos”.


El prin­ci­pal por­ta­voz de la Coor­di­na­do­ra del Agua, que or­ga­ni­zó la pro­tes­ta so­cial, Ós­car Oli­ve­ra, ad­mi­te que fa­lló el con­trol so­cial que de­bía efec­tuar­se so­bre la em­pre­sa mu­ni­ci­pal del agua. “No hu­bo la con­cien­cia su­fi­cien­te de los prin­ci­pa­les di­ri­gen­tes de la Coor­di­na­do­ra pa­ra com­pren­der el rol his­tó­ri­co de es­ta en­ti­dad y ac­tuar en re­ci­pro­ci­dad con el es­fuer­zo de la gen­te pa­ra que ten­ga agua”, di­ce.


El so­ció­lo­go del Cen­tro de Es­tu­dios Su­pe­rio­res Uni­ver­si­ta­rios (CE­SU), Car­los Cres­po, sos­tie­ne que a pe­sar de que el mo­de­lo pri­va­do no fun­cio­na pa­ra la ad­mi­nis­tra­ción de los re­cur­sos na­tu­ra­les, con lo que ocu­rrió en Se­ma­pa que­dó de­mos­tra­do que “tam­po­co fun­cio­na el mo­de­lo es­ta­tal clá­si­co y el de­sa­fío con­ti­núa sien­do cons­truir otros mo­de­los de ad­mi­nis­tra­ción del Agua”. “Lo que ocu­rrió en Co­cha­bam­ba es el ejem­plo a no se­guir, por­que el sis­te­ma de con­trol so­cial fue ine­fi­cien­te pa­ra me­jo­rar la ges­tión y de­mues­tra que re­pre­sen­tan­tes de la so­cie­dad ci­vil, aun­que sean ma­yo­ría en el di­rec­to­rio, no ga­ran­ti­zan que ha­brá una po­lí­ti­ca que sa­tis­fa­ga las ne­ce­si­da­des de los usua­rios”, ex­pli­ca.


Los re­sul­ta­dos que de­jó la Gue­rra del Agua, se­gún Cres­po, son un re­fle­jo del “dra­ma bo­li­via­no” por el que pa­san los mo­vi­mien­tos so­cia­les y los pro­ce­sos de cam­bio en el país. “En Bo­li­via so­mos ex­per­tos, te­ne­mos una al­ta ca­pa­ci­dad de mo­vi­li­za­ción de la gen­te pa­ra en­fren­tar­se y re­sis­tir im­po­si­cio­nes, pe­ro el gran dra­ma vie­ne el día des­pués”.

De mal en peor
Es­te año, Se­ma­pa per­de­rá una de sus fuen­tes de agua sub­te­rrá­nea: los po­zos de El Pa­so, que, por un con­ve­nio, de­ben ser de­vuel­tos a Qui­lla­co­llo. Ade­más, sus em­bal­ses no se lle­na­ron ni si­quie­ra al 50 por cien­to. Am­bos fe­nó­me­nos pro­vo­ca­ran una ra­cio­na­li­za­ción de la do­ta­ción del agua, por lo me­nos a la mi­tad de lo que se en­tre­ga­ba has­ta hoy.


Se­gún Cres­po, la de­ba­cle de Se­ma­pa em­pe­zó con la pri­me­ra ges­tión que su­ce­dió a la Gue­rra del Agua, pues su ge­ren­te, Jor­ge Al­va­ra­do, ac­tual res­pon­sa­ble de ne­go­cios de Bo­li­via en Ve­ne­zue­la y ex pre­si­den­te de Ya­ci­mien­tos Pe­tro­lí­fe­ros Fis­ca­les Bo­li­via­nos (YPFB), “por la for­ma co­mo la ma­ne­jo, ya que ol­vi­dó las ideas ini­cia­les de trans­pa­ren­tar la ges­tión pú­bli­ca e in­tro­du­cir cri­te­rios más efi­cien­tes de ges­tión del agua, pues hi­zo que la ad­mi­nis­tra­ción de Se­ma­pa sea un he­cho po­lí­ti­co”.


Tras es­ta crí­ti­ca si­tua­ción, exis­ten po­cas es­pe­ran­zas de que es­te go­bier­no me­jo­re la si­tua­ción ac­tual, pues, se­gún Oli­ve­ra, el Pre­si­den­te y el Vi­ce­pre­si­den­te del país ”se acuer­dan de la Gue­rra del Agua cuan­do les con­vie­ne, pe­ro ellos sur­gie­ron de ese con­flic­to. Có­mo es po­si­ble que ig­no­ren es­te he­cho en el Go­bier­no y no le den a Se­ma­pa la po­si­bi­li­dad de con­ver­tir­se en una em­pre­sa que sir­va a la po­bla­ción”, de­cla­ra.

Los líderes olvidaron la causa

Coor­di­na­do­ra
In­ten­tó con­ver­tir­se en un mo­vi­mien­to na­cio­nal con otras de­man­das y só­lo se des­gas­tó en ese pro­ce­so.
Evo Mo­ra­les
Lo­gró em­pe­zar a te­jer una alian­za con sec­to­res ur­ba­nos y es­te tra­ba­jo le per­mi­tió ga­nar en 2005

Problema estructural

El ge­ren­te de Se­ma­pa, Leo­nar­do Ana­ya, ex­pli­có que el pro­ble­ma del agua en Co­cha­bam­ba es tan téc­ni­co que nun­ca se re­sol­ve­rá po­lí­ti­ca­men­te, ra­zón por la cual con­si­de­ra que las co­sas no ha­brían me­jo­ra­do con una em­pre­sa pri­va­da, de­bi­do a que la au­sen­cia de agua se pro­vo­ca por­que cre­cen los usua­rios mien­tras que las fuen­tes de agua se man­tie­nen igual.


“Na­die po­dría ga­ran­ti­zar que con una em­pre­sa pri­va­da se hu­bie­ra so­lu­cio­na­do el pro­ble­ma del agua en Co­cha­bam­ba por­que una em­pre­sa pri­va­da se ha­bría que­da­do con una pe­que­ña área de ser­vi­cios a la cual po­dría aten­der efi­cien­te­men­te con el agua”, di­jo y ex­pli­có que Se­ma­pa, que re­ci­bió a tra­vés del con­tra­to de con­ce­sión un área de 5 mil hec­tá­reas, a los po­cos me­ses re­ci­bió 10 mil hec­tá­reas adi­cio­na­les. “Te­ne­mos que aten­der a 15 mil hec­tá­reas con una can­ti­dad de agua li­mi­ta­da por­que los re­cur­sos hí­dri­cos no han cre­ci­do, se­gui­mos con las mis­mas fuen­tes tan­to en el agua sub­te­rrá­nea co­mo en las fuen­tes su­per­fi­cia­les. Pe­ro he­mos tri­pli­ca­do nues­tra de­man­da”.


Ana­ya, sin em­bar­go, ase­gu­ró que una pri­va­da ha­bría tra­ba­ja­do con más efi­cien­cia pa­ra que no ha­ya pér­di­das en la red, pa­ra de­tec­tar las co­ne­xio­nes clan­des­ti­nas y pa­ra con­tro­lar la deu­da en mo­ra.

Frases

No­so­tros (los di­ri­gen­tes de la coor­di­na­do­ra) no creía­mos que íba­mos a ga­nar la Gue­rra del Agua, pe­ro la gen­te si, o sea que te­nía­mos que se­guir y de­cir­les que no­so­tros tam­bién creía­mos.
Os­car Oli­ve­ra

No fue un error. Los co­cha­bam­bi­nos nos ade­lan­ta­mos a la his­to­ria. Por­que es­to ha re­per­cu­ti­do a ni­vel mun­dial y se em­pe­zó a ha­blar en La­ti­noa­mé­ri­ca y en Eu­ro­pa, que el agua tie­ne que lle­gar a to­dos y en el me­nor pre­cio po­si­ble.
Leo­nar­do Ana­ya

Es el pun­to de in­fle­xión de un pro­ce­so de acu­mu­la­ción de fuer­zas po­lí­ti­cas y des­de ahí co­mien­za a tras­ta­bi­llar el mo­de­lo.
Re­né Ore­lla­na

La “Guerra del Agua” generó nuevos liderazgos que hoy gobiernan el país

En 2000 fue el salto del escenario cochabambino hacia el nacional

La Gue­rra del Agua fue una ca­ta­pul­ta pa­ra que mu­chos di­ri­gen­tes sin­di­ca­les de Co­cha­bam­ba sal­ten al es­ce­na­rio po­lí­ti­co na­cio­nal e in­ter­na­cio­nal y cons­tru­yan las pro­pues­tas po­lí­ti­cas vi­gen­tes ac­tual­men­te. Se­gún al­gu­nos ana­lis­tas, el con­flic­to re­gis­tra­do en 2000 sir­vió en­tre otras co­sas pa­ra que Evo Mo­ra­les se­du­je­ra al elec­to­ra­do ur­ba­no de Co­cha­bam­ba, des­pués de que lle­va­ra al 40 por cien­to de las ba­ses co­ca­le­ras a sus­ten­tar los en­fren­ta­mien­tos en las ca­lles de la ciu­dad.


“Los lí­de­res que en­ca­be­za­ron la gue­rra del agua pa­sa­ron de la re­cu­pe­ra­ción del re­cur­so agua a con­ver­tir­se en po­lí­ti­cos de ca­rre­ra y se ol­vi­da­ron de su ori­gen. El agua de­jó de ser im­por­tan­te y em­pe­za­ron a per­se­guir el po­der po­lí­ti­co”, di­jo el ge­ren­te de Se­ma­pa, Leo­nar­do Ana­ya, quien ase­gu­ró que en esa épo­ca “la Coor­di­na­do­ra po­día ha­ber ma­ne­ja­do Se­ma­pa, qui­zás se asus­ta­ron”.


Es­ta afir­ma­ción fue con­fir­ma­da por Oli­ve­ra, quien ad­mi­tió que los prin­ci­pa­les di­ri­gen­tes de la Coor­di­na­do­ra se li­ga­ron a los go­bier­nos y los par­ti­dos que pre­ce­die­ron a es­te fe­nó­me­no so­cial. “Gon­za­lo Mal­do­na­do fue vi­ce­mi­nis­tro de Sán­chez de Lo­za­da, So­ria tam­bién, igual que Omar Fer­nán­dez y Ga­briel Her­bas que aho­ra son le­gis­la­do­res del MAS”, ex­pli­có.


Pe­ro, las puer­tas del es­ce­na­rio po­lí­ti­co na­cio­nal no só­lo se abrie­ron pa­ra los prin­ci­pa­les lí­de­res de la Coor­di­na­do­ra, pues tam­bién uno de los alia­dos ru­ra­les, Evo Mo­ra­les, que te­nía mu­cha acep­ta­ción en su sec­tor, pe­ro po­ca lle­ga­da a la ur­be, em­pe­zó a te­jer la an­sia­da alian­za que cin­co años des­pués le dio un triun­fo elec­to­ral con el 54 por cien­to de res­pal­do. “Los co­ca­le­ros vi­vían en las zo­nas pe­riur­ba­nas y no te­nían agua, por eso ayu­da­ron. Es­te sec­tor nos dio una gran en­se­ñan­za so­bre co­mo en­fren­tar­nos a la re­pre­sión po­li­cial, te­nían más ex­pe­rien­cia”, di­jo Oli­ve­ra, quien ade­más re­cor­dó que la se­de de los co­ca­le­ros es­ta­ba en el edi­fi­cio fa­bril y que los co­ca­le­ros tie­nen una deu­da por dos años de al­qui­ler.


El lí­der fa­bril tam­bién re­sal­tó la par­ti­ci­pa­ción del vi­ce­pre­si­den­te en es­te even­to. “Ál­va­ro es­cu­cha­ba mu­cho a la gen­te y es­cri­bía li­bros. In­ves­ti­ga­ba muy bien y en la gue­rra del Agua en­ten­dió lo que la gen­te que­ría”. Tam­bién re­cor­dó que otros que apo­ya­ron a la Coor­di­na­do­ra fue­ron Re­né Ore­lla­na, Pa­blo So­lón y Ale­jan­dro Al­ma­raz.


Nue­ve años des­pués del en­fren­ta­mien­to, Oli­ve­ra ase­gu­ra que des­pués de las elec­cio­nes de 2005, Mo­ra­les y Gar­cía Li­ne­ra “fue­ron pa­ra trans­for­mar el Es­ta­do, pe­ro ni si­quie­ra pue­den ad­mi­nis­trar­lo, de­ja­ron que el Es­ta­do los trans­for­me a ellos”.
La relación entre Olivera y Morales se quebró en enero de 2006, cuando el fabril rechazó formar parte del Gabinete.

Figuras políticas de Coordinadora

El so­ció­lo­go Car­los Cres­po ase­gu­ró que los por­ta­vo­ces de la Coor­di­na­do­ra se con­vir­tie­ro­nen fi­gu­ras po­lí­ti­cas de los par­ti­dos ac­tua­les. Di­jo que só­lo Ós­car Oli­ve­ra en­ten­dió que es­tar fue­ra de los par­ti­dos es su for­ta­le­za, por­que in­ter­na­cio­nal­men­te es una fi­gu­ra vi­gen­te pa­ra mo­vi­mien­tos con­tra la mer­can­ti­li­za­ción del agua.


“Evo Mo­ra­les, con el ol­fa­to que le ca­rac­te­ri­za mo­vi­li­zó a las ba­ses co­ca­le­ras pa­ra sos­te­ner el con­flic­to. En fe­bre­ro de 2000 la mo­vi­li­za­ción se es­ta­ba ca­yen­do y só­lo los co­ca­le­ros ha­cían ac­cio­nes di­rec­tas en la ciu­dad y man­tu­vie­ron el con­flic­to has­ta que el Go­bier­no me­tió la pa­ta, eso le dio le­gi­ti­mi­dad pos­te­rior­men­te”.

Óscar Olivera

“Semapa pasó a ser propiedad del partido”

El dirigente fabril reconoce que el problema del agua pasó a segundo plano

El prin­ci­pal vo­ce­ro de la Coor­di­na­do­ra del Agua ad­mi­tió que pa­ra los or­ga­ni­za­do­res del con­flic­to de 2000 el agua pa­só a se­gun­do pla­no y se prio­ri­zó la ac­ción po­lí­ti­ca, lo que pro­vo­có que el pro­ble­ma que unió a los co­cha­bam­bi­nos se em­peo­ra­ra en la ciu­dad. De­nun­ció es­tar de­cep­cio­na­do del ac­tual Go­bier­no, al que acu­sa de no ha­ber en­ten­di­do el men­sa­je que de­jó la Gue­rra del Agua.
¿Có­mo que­dó Co­cha­bam­ba y Se­ma­pa nue­ve años des­pués de la Gue­rra del Agua?


No po­de­mos te­ner una vi­sión li­mi­ta­da de lo que ocu­rrió en 2000 ha­blan­do só­lo del te­ma del agua. El mo­ti­vo fun­da­men­tal de mo­vi­mien­to po­pu­lar fue el agua, pe­ro las con­se­cuen­cias pos­te­rio­res tie­nen que ver con lo que es­tá ocu­rrien­do hoy en el país, por­que fre­nó una po­lí­ti­ca eco­nó­mi­ca de ena­je­na­ción de nues­tros re­cur­sos na­tu­ra­les y tam­bién fue el quie­bre de un sis­te­ma po­lí­ti­co en el que exis­tía un mo­no­po­lio de las de­ci­sio­nes con­cen­tra­da en cua­tro per­so­nas.


¿La es­ta­ti­za­ción de Se­ma­pa tu­vo bue­nos re­sul­ta­dos?
La gue­rra del Agua re­cla­ma­ba un nue­vo ti­po de ges­tión en las em­pre­sas pú­bli­cas, que no es una ges­tión co­mo la que se dio en Se­ma­pa y aho­ra se es­tá dan­do en Ya­ci­mien­tos o en En­tel, en to­das las em­pre­sas es­ta­ta­les, que pa­sa­ron de una pro­pie­dad pri­va­da a ser pro­pie­dad del par­ti­do de go­bier­no. Es no es na­cio­na­li­za­ción, es una de­ma­go­gia.


¿Có­mo es­tá Se­ma­pa nue­ve años des­pués?
Tan mal, o peor que en 2000. No hay me­jo­ra. No por­que la gen­te sea ma­la, lo que pa­sa es que la ins­ti­tu­cio­na­li­dad es­ta­tal es pro­cli­ve a que las co­sas no se ha­gan de ma­ne­ra trans­pa­ren­te, a que se ro­be, a que la gen­te se vuel­va co­rrup­ta.


¿Por qué la Coor­di­na­do­ra no se hi­zo car­go de la ad­mi­nis­tra­ción de Se­ma­pa?
Las nor­mas que se nos han im­pues­to lo im­pe­dían. Abren las puer­tas a que al­gu­nos co­no­ci­dos de­lin­cuen­tes sean ge­ren­tes de Se­ma­pa por­que uno de los re­qui­si­tos pa­ra ocu­par ese car­go son los años de ex­pe­rien­cia en en­ti­da­des es­ta­ta­les. Se­ma­pa vol­vió a ser par­te del Mu­ni­ci­pio.


¿El Mu­ni­ci­pio ad­mi­nis­tró bien Se­ma­pa?
Se­ma­pa vol­vió a ser par­te del Mu­ni­ci­pio y aun­que no quie­ro re­fe­rir­me di­rec­ta­men­te al Al­cal­de, hay cier­tos fun­cio­na­rios de al­ta je­rar­quía a los cua­les ha de­le­ga­do el Al­cal­de, que son par­te de la ma­fia que se ha ins­ta­la­do en Se­ma­pa. Ade­más el sin­di­ca­to de tra­ba­ja­do­res no han te­ni­do la ca­pa­ci­dad, no com­pren­dió el de­sa­fío his­tó­ri­co y po­lí­ti­co que te­nían. Se apla­zó y has­ta aho­ra no en­tien­den la im­por­tan­cia po­lí­ti­ca a ni­vel mun­dial y ade­más hay cla­nes fa­mi­lia­res que se es­tán de­di­can­do a li­qui­dar la em­pre­sa.


¿Qué opi­na de la si­tua­ción fi­nan­cie­ra y el dé­fi­cit de 23 mi­llo­nes de Se­ma­pa?
La si­tua­ción fi­nan­cie­ra es mu­cho más gra­ve que la el año 2000. No soy eco­no­mis­ta, pe­ro me doy cuen­ta de lo de­li­ca­do de la si­tua­ción pro­vo­ca­da por la co­rrup­ción y por­que el Es­ta­do no asu­mió las deu­das que de­jó Aguas del Tu­na­ri. Ade­más no hay una ca­pa­ci­dad de ges­tión que le per­mi­ta a Se­ma­pa for­ta­le­cer­se.


¿Quién tie­ne la cul­pa de la si­tua­ción de Se­ma­pa?
Una bue­na par­te de res­pon­sa­bi­li­dad te­ne­mos no­so­tros, co­mo po­bla­ción ci­vil. La Coor­di­na­do­ra no tu­vo la ca­pa­ci­dad de man­te­ner a la po­bla­ción or­ga­ni­za­da de tal for­ma que la mo­vi­li­za­ción se man­ten­ga y ten­ga la po­si­bi­li­dad de em­pu­jar Se­ma­pa. Nos de­di­ca­mos a otra co­sa y de­ja­mos de pro­po­ner, or­ga­ni­zar­nos y mo­vi­li­zar­nos y en­tre­ga­mos nues­tra em­pre­sa a unos cuan­tos fun­cio­na­rios que só­lo se de­di­ca­ron a en­ri­que­cer­se.

Testimonios

“De nada sirvió”

Fue­ron ac­ti­tu­des po­lí­ti­cas que tu­vie­ron los re­sul­ta­dos que to­dos co­no­ce­mos. Se­ma­pa no es una ins­ti­tu­ción que ten­ga la ca­pa­ci­dad de brin­dar un ser­vi­cio a la po­bla­ción en eso es­ta­mos cla­ros. No hay red en to­da la ciu­dad y ya de­bía ser una ins­ti­tu­ción que sir­va no so­la­men­te a la pro­vin­cia Cer­ca­do si­no que sir­va a las di­fe­ren­tes pro­vin­cias. He­mos vis­to la si­tua­ción de cri­sis en la que se es­tá de­ba­tien­do esa em­pre­sa, en­ton­ces de na­da sir­vió tan­ta con­fron­ta­ción y to­do lo que se dio en ese mo­men­to.


Se hi­zo un mo­vi­mien­to po­lí­ti­co y to­do que­dó tal co­mo era. Yo era Al­cal­de y re­cu­pe­ra­mos en un jui­cio en la Cor­te Su­pre­ma pa­ra que Se­ma­pa vuel­va a ser de la mu­ni­ci­pa­li­dad, por­que se dio es­ta ce­sión en lo que era el Mi­nis­te­rio de Ur­ba­nis­mo y Vi­vien­da y lo­gra­mos re­cu­pe­rar pa­ra la Al­cal­día.


Los erro­res han si­do to­dos los pro­ce­di­mien­tos que des­pués se han da­do y ahí lo que cuen­ta son los re­sul­ta­dos y la po­bla­ción tie­ne que ver los re­sul­ta­dos.


Es­cu­cha­ba que va a ha­ber una nue­va ra­cio­na­li­za­ción del agua y se­ría muy gra­ve que es­to su­ce­da cuan­do ya de­be­ría es­tar fun­cio­nan­do el pro­yec­to Mi­si­cu­ni.


Son va­rios los cul­pa­bles. He­mos pe­lea­do to­dos los co­cha­bam­bi­nos y si va a ha­ber Mi­si­cu­ni es por to­dos los co­cha­bam­bi­nos, por­que in­clu­si­ve tra­ta­ron de ba­jar la re­pre­sa a 85 me­tros y más bien con to­do el apo­yo que se dio a la po­bla­ción y con los re­cur­sos que se han en­tre­ga­do a la Pre­fec­tu­ra que es­tán en la cuen­ta de Mi­si­cu­ni ya de­beía es­tar avan­zan­do ese pro­yec­to que se ha lo­gra­do re­cu­pe­rar al pro­yec­to ini­cial de la re­pre­sa y del Pro­yec­to Múl­ti­ple Mi­si­cu­ni.

Manfred Reyes Villa | Ex Alcalde de Cochabamba

“No hubo control”

La Gue­rra del Agua tu­vo un ob­je­to: re­cu­pe­rar una em­pre­sa de lu­cro pri­va­da que dé agua a la po­bla­ción, pa­ra que el agua cum­pla una fun­ción so­cial, que es lo que di­ce aho­ra la nue­va Cons­ti­tu­ción en for­ma pre­ci­sa.


Son nue­ve años que han trans­cu­rri­do y Se­ma­pa no ha te­ni­do la ca­pa­ci­dad de for­mar pro­fe­sio­na­les en nin­gu­na de las áreas, ni en la ad­mi­nis­tra­ti­va, fi­nan­cie­ra ni téc­ni­ca. Per­so­nal que pue­da ma­ne­jar una em­pre­sa de la na­tu­ra­le­za de una em­pre­sa de ser­vi­cios de agua po­ta­ble y al­can­ta­ri­lla­do que son ser­vi­cios bá­si­cos


No hu­bo me­ca­nis­mos de con­trol ni ho­nes­ti­dad en nues­tros eje­cu­ti­vos y prue­ba de eso es que te­ne­mos un mon­tón de obras, que han cos­ta­do mu­cho di­ne­ro y nin­gu­na fun­cio­na.


Co­mo la plan­ta Ta­qui­ña y los tan­ques Ichu­ko­llo y 10 de Fe­bre­ro que son obras que tie­nen un sen­ti­do, no es que se las han in­ven­ta­do y de­be­rían cum­plir un rol, pe­ro pa­re­ce­ría que la fi­na­li­dad fue sim­ple­men­te la de lle­var ade­lan­te el pro­ce­so de li­ci­ta­ción, por­que has­ta la con­tra­ta­ción no­ta­mos que ha ha­bi­do por el me­dio co­mi­sio­nes y has­ta ahí se aca­bó. No hu­bo un se­gui­mien­to apro­pia­do, son obras que es­tán in­con­clu­sas y que cos­ta­ron más de lo que pre­su­pues­ta­ron. Po­ner­las en fun­cio­na­mien­to va a cos­tar un di­ne­ro adi­cio­nal que Se­ma­pa no tie­ne. Se han he­cho li­ci­ta­cio­nes y to­das las obras se han in­cre­men­ta­do in­clu­so en 43 por cien­to.
¿Có­mo pue­de ser efi­cien­te una em­pre­sa así? Da ver­güen­za ha­blar con ins­ti­tu­cio­nes co­mo el BID por­que ellos han da­do los re­cur­sos pa­ra for­ta­le­ci­mien­to ins­ti­tu­cio­nal, se ha sa­ca­do un mon­tón de gen­te, pe­ro se la ha vuel­to a con­tra­tar des­pués de ha­ber­la in­dem­ni­za­do.

Leonardo Anaya | Gerente General de Semapa

ANÁLISIS

“El mundo vio el hecho... pero fue bandera para otros”

Un mo­vi­mien­to pue­de ser im­por­tan­te por­que se con­vier­te en ban­de­ra pa­ra otros sin im­por­tar si sus de­man­das fue­ron sa­tis­fe­chas o si la ca­li­dad de vi­da de los que se mo­vi­li­za­ron em­peo­ró o me­jo­ró efec­ti­va­men­te. Al­go así su­ce­dió con la Gue­rra del Agua.

Al mar­gen de los efec­tos po­si­ti­vos o ne­ga­ti­vos que ha­ya al­can­za­do en la ca­li­dad del ser­vi­cio de agua po­ta­ble o en la ges­tión del re­cur­so agua en Co­cha­bam­ba, de­ce­nas de li­bros, ar­tí­cu­los y li­bros de in­ves­ti­ga­ción y de tes­ti­mo­nio, do­cu­men­ta­les au­dio­vi­sua­les y no­ti­cias se de­di­ca­ron en to­do el mun­do a la Gue­rra del Agua. Gen­te que des­co­no­ce dón­de es­tá Bo­li­via sa­be que aquí hu­bo una gran mo­vi­li­za­ción po­pu­lar que de­ri­vó en la res­ci­sión de la con­ce­sión del ser­vi­cio de agua de la ciu­dad. Es di­fí­cil en­con­trar una pu­bli­ca­ción so­bre ca­sos de lu­chas con­tra las trans­na­cio­na­les o la pri­va­ti­za­ción cor­po­ra­ti­va de los ser­vi­cios bá­si­cos que no in­clu­ya de al­gu­na ma­ne­ra la gue­rra del agua. Es­ta gue­rra pu­so a Bo­li­via en el ma­pa de los mo­vi­mien­tos an­ti­glo­ba­li­za­ción. Y es­to se de­be tam­bién al mo­men­to en que su­ce­dió; se es­ta­ban ar­ti­cu­lan­do las re­des de ac­ti­vis­tas a es­ca­la mun­dial y el pro­ble­ma de la ges­tión del agua es­ta­ba ad­qui­rien­do otra im­por­tan­cia mun­dial. No de­be ol­vi­dar­se que la Coor­di­na­do­ra se creó en no­viem­bre de 1999, de ma­ne­ra prác­ti­ca­men­te si­mul­tá­nea a la fa­mo­sa “Ba­ta­lla de Seat­tle”, que de­fi­nió los con­tor­nos del de­no­mi­na­do mo­vi­mien­to por la jus­ti­cia glo­bal, y que en mar­zo de 2000 se ha­bía rea­li­za­do el se­gun­do Fo­ro Mun­dial del Agua. Des­pués, ven­drían los fo­ros so­cia­les, en los que la ex­pe­rien­cia co­cha­bam­bi­na tam­bién fue di­fun­di­da.


Se­ña­lo un ejem­plo de la im­por­tan­cia glo­bal de la Gue­rra del Agua. En un co­no­ci­do li­bro de­no­mi­na­do Glo­ba­li­za­ción des­de aba­jo. El po­der de la so­li­da­ri­dad, es­cri­to por Tim Cos­te­llo, Je­remy Bre­cher y Bren­dan Smith, se ha­bla de la es­tra­te­gia de Li­li­put, que alu­de a la coor­di­na­ción en­tre mo­vi­li­za­ción lo­cal y so­li­da­ri­dad glo­bal, en ana­lo­gía con la in­mo­vi­li­za­ción del gi­gan­te Gu­lli­ver por los di­mi­nu­tos po­bla­do­res de una is­la ima­gi­na­ria. El pri­mer ejem­plo de la efec­ti­vi­dad de es­ta es­tra­te­gia es la gue­rra del agua de Co­cha­bam­ba.


Ha­ce nue­ve años, de he­cho, se dio una ac­ción coor­di­na­da en­tre la mo­vi­li­za­ción lo­cal en las ca­lles —con­tra Aguas del Tu­na­ri y el Go­bier­no— y la so­li­da­ri­dad de ac­ti­vis­tas de otros paí­ses, so­bre to­do de Es­ta­dos Uni­dos, en In­ter­net y ma­ni­fes­ta­cio­nes pú­bli­cas —con­tra la trans­na­cio­nal Bech­tel—. Al mar­gen del im­pac­to de es­ta ac­ción en los acon­te­ci­mien­tos, y de lo que pa­só en es­tos nue­ve años, la gue­rra del agua es­tá ya en la me­mo­ria de ac­ti­vis­tas de to­das par­tes del mun­do.

Eduardo Córdova | Sociólogo del CESU

Tomado de: http://www.lostiempos.com/diario/actualidad/local/20090405/cochabamba-gano-la-guerra-y-perdio-el-agua_1533_2529.html

No hay comentarios:

Publicar un comentario